Título: La muerte llega a Pemberley Autora:  P. D. James Editorial: B de Bolsillo Precio: 12,00 € Páginas: 336 Puntuación: 3...

La muerte llega a Pemberley | Reseña

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Título: La muerte llega a Pemberley
Autora: P. D. James
Editorial: B de Bolsillo
Precio: 12,00 €
Páginas: 336
Puntuación: 3.5/5
Pemberley, año 1803. Han pasado seis años desde que Elizabeth y Darcy se casaran, creando un mundo perfecto que parece invulnerable. Pero de pronto, en la víspera de un baile, todo se tuerce. Un carruaje sale a toda prisa de la residencia, llevándose a Lydia, la hermana de Elizabeth, con su marido, el desafortunado Wickham, que ha sido expulsado de los dominios de Darcy. Sin embargo, Lydia no tarda en regresar, conmocionada, gritando que su marido ha sido asesinado. Sin previo aviso, Pemberley se zambulle en un escalofriante misterio.

Debería haberme recordado a mí misma mi sempiterno consejo de crearse demasiadas ilusiones respecto a libros que llevas tiempo queriendo leer, sobre todo si esos libros son continuaciones de tu libro favorito de todos los tiempos. ¿Se nota que estoy algo decepcionada? Poco he encontrado de los personajes de Austen, de esa chispa que caracterizaba tanto a Darcy como sobre todo a Lizzy, y que esperaba encontrar en su matrimonio. No me considero una experta en la análisis de personajes ni de novelas, pero soy una amante de Orgullo y Prejuicio; si algún día muero (cosa que no dejaré que pase, pero hay que ser precavidos), quiero que me entierren con mi primera edición de esta novela; si ahora, después de ocho años de constantes lecturas ya está algo pachucha, imaginadlo de aquí a doscientos setenta y dos años, que es cuando planeo morir, más o menos. 

A pesar de la decepción, soy consciente de que la obra de P. D. James tiene cosas buenas y malas. Empezaré por las malas, porque siempre es mejor comerse la coliflor antes que los espaguetis, para luego enmascarar el mal sabor de boca que queda. 

Dos avisos: La muerte llega a Pemberley es una continuación de Orgullo y Prejuicio, así que tanto en la novela como en esta reseña pueden haber —y los hay— spoilers del original; y haced el favor de ignorar el resumen de la contracubierta, es una estafa.

El misterio presentado no es demasiado misterioso. Sinceramente, el asesinato me trae sin cuidado; revisitar un clásico para matar a un personaje por el cual nadie siente especial afecto es una pérdida de tiempo. Si vas a tomarte la molestia de escribir un fanfic/spin-off/secuela de una de las novelas favoritas de mucha, mucha gente para convertirla en un capítulo más de Ley y Orden, por lo menos encárgate de causar una sensación más profunda en el lector que la de “Oh, no, ¿y ahora qué ocurre con el baile?”. Si lo único que los personajes sienten al encontrarse un cadáver en sus bosques, es que eso es un gran inconveniente para sus vidas y que qué pensara la gente de que el cuñado del señor Darcy, el señor Wickham, al que ni siquiera se le permite respirar el aire de Pemberley, esté implicado en el crimen, hay un serio problema con la respuesta emocional de nuestros protagonistas. La frialdad y la facilidad con la que se enfrentan a la situación resulta hasta incómoda, y la falta de iniciativa cabezota de Darcy —iniciativa que sabemos que posee, porque todos recordamos la obra original—, inverosímil. 

Además, a los Darcy les falta química. Están casados, tienen hijos y se añoran cuando están separados el uno del otro, pero los pones en el mismo cuarto y de repente no hay nada, sólo ruido blanco, nieve. La relación del matrimonio Darcy empezó con mucha tensión y algo de desprecio por ambas partes, pero progresó en un tira-y-afloja de sensaciones que culminó con una epifanía inducida por la intervención de una tía malvada y un constante malestar frente a la posibilidad de sentimientos ya no correspondidos. Orgullo y Prejuicio fue una montaña rusa de emociones sin destino fijo; La muerte llega a Pemberley es una constante llovizna para los enamorados del romance Prejuiciano. Deja mucho que desear.

Sin embargo, como homenaje a Austen, aunque algo contrario a sus gustos, es perfectamente aceptable y altamente agradable. Revisitar Pemberley, profundizar en personajes como Georgiana y el coronel Fitwilliam —que nada tienen que ver con los originales, y que parecen personajes nuevos, sobre todo el último—, conocer nuevos personajes y pretendientes… Es como volver a casa después de estar diez años fuera, te lo encuentras todo fuera de sitio, pero es tu casa, y la quieres igual. La obra sigue un buen ritmo y se hace amena, y todos la disfrutamos aunque haya momentos en que sólo quieras cerrar los ojos y hacer una mueca de disgusto, como cuando tu abuela se pasa con el vino en la cena de Navidad y decide contar por enésima vez sus aventuras a los veinte años. Encontramos guiños y menciones a otras obras de Jane Austen (a Emma y a Persuasión, aunque como yo la última no la he leído, no he sido capaz de captarlos), y nada me ha hecho más ilusión que ver impresos en la página los nombres de personajes de otra de sus novelas y ser capaz de identificarlos. 

Aunque el misterio no sea gran cosa, sigue habiendo giros de tuerca que no te esperabas, y tal vez el verdadero placer esté en poder decir “¡Lo sabía! ¡Sabía que X e Y estaban implicados! Tal como yo imaginaba, Z era el factor común entre A y B”.

Podría ponerle una nota más baja, ciertamente por la reseña parece que la novela tenga cosas más malas que buenas, pero más allá de si es buena o no, yo puntúo según el nivel de gozo que me haya aportado. Y La muerte llega a Pemberley es entretenida y ligera, y aunque en mí no haya despertado esa sensación de éxtasis que parece haberse apoderado de todos los demás que la han leído, no significa que no vaya a hacerlo con el próximo que la tome de la estantería de su librería de siempre.
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